Desde su llegada a México en 1979, Freixenet, la reconocida bodega europea, no solo conquistó el mercado mexicano sino que también se convirtió en un referente del enoturismo en el país. Aunque el tequila era la bebida nacional por excelencia, Freixenet supo desafiar las probabilidades y encontrar su espacio en los corazones de los mexicanos.
Casi cuatro décadas después de su llegada, Freixenet decidió mirar más allá de sus cavas de vino y enfocarse en impulsar la marca en conjunto con el gobierno y otras empresas. La apuesta fue Querétaro, donde se ubican sus fincas. Lluís Raventós, enólogo y director de Freixenet México, destaca el proyecto inicial: la finca Sala Vivé. Esta finca, que produce vinos espumosos al estilo de la champaña francesa, ha sido un hito desde su apertura al público en 1998, con una cava de 25 metros de profundidad.
La apuesta de Freixenet ha sido clara: desarrollar el turismo centrado en la cultura del vino. La empresa ha contribuido al crecimiento de la región con la Ruta del Queso, el Arte y el Vino, que abarca ocho vitivinícolas y una decena de queserías en diferentes municipios de Querétaro.
Lluís Raventós destaca la importancia del contacto directo con los consumidores en México. Freixenet ha construido sus marcas desde dentro hacia afuera, invitando a los visitantes a conocer sus fincas, Sala Vivé y Viña Dolores. La experiencia enoturística incluye eventos gastronómicos, paseos a caballo por los viñedos y una conexión cercana con la cultura del vino.
Freixenet considera que Querétaro va adelantado en hospitalidad, destacando el enfoque en la cultura del vino y el enoturismo. A pesar de la disminución de turistas debido a la pandemia, Freixenet cerrará el año con 225,000 visitantes, manteniendo un impulso significativo para las ventas de la empresa.
Freixenet México, parte del grupo Henkell Freixenet desde 2017, continuará impulsando los vinos regionales. La empresa reconoce su papel como un “granito de arena” en el panorama vinícola de México. Con nuevos proyectos en marcha, como la inauguración de una tienda boutique en la finca Sala Vivé, Freixenet busca consolidar su posición como referente enoturístico en Querétaro.
Manteniendo la expectativa en las experiencias en sus vitivinícolas, Freixenet México se prepara para dar un nuevo aire a sus proyectos. La tienda boutique en Sala Vivé es solo el comienzo, con planes para un área de food garden que ofrecerá una experiencia única en medio de los viñedos.
Freixenet ha demostrado que el amor por el vino puede trascender fronteras y paladares. Con una sólida apuesta por el enoturismo, la bodega ha logrado consolidarse como un destino imperdible en Querétaro. Si buscas una experiencia única que combina cultura, gastronomía y, por supuesto, vino, Freixenet es el lugar ideal.
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